Cuando algo no sucede como se espera, uno puede frustrarse o desconcertarse. ¿Pero a dónde puede llevarnos eso? ¿No es la molestia una de las grandes nubes del pensamiento? ¿No es aquello, de cierta manera, y viendolo en retrospectiva, incluso más molesto que la causa original? Pasto para las llamas. Entonces uno puede elegir (¿Puede?) dejarlo pasar. Creer que las cosas ocurren por algo. Sea Dios o el destino, aquello exime de nuestro control lo que ha sucedido. Lo hace una elección fácil. Cómo echarle la culpa a otro. Entonces uno se ablanda (¿O se endurece, a saber de sus manias?). Cree que todo está fuera de su control. Que las riendas de su vida comienzan a soltarse. Se sienten flojas. Cómo si alguien las sostuviera. Cómo si descansarán en alguien. Entonces ocurre la verdadera tragedia. El ser pierde convicción a causa de su aparente falta de control. Deja de mover las aguas y permite que lo muevan. Que lo hagan flotar, avanzar. ¡Pobre! No conoce la fue...
Recordando la 3DS, mi querida 3DS, me preguntaba si sentiría lo mismo por la switch. Esa nostalgia, esos bellos recuerdos de horas y horas jugando. El deseo de, por un momento, aunque sea sólo un instante volver a esos tiempos y experimentarlo como aquella vez cuando aún era la consola del momento. Poder volver a esa calmada villa en animal crossing, de noche cuando más encantadora parece (y cuando salen más escarabajos); darle la oportunidad a aquel metroid prime, ese al que no le perdonaron llamarse Metroid; comprar el free to play de submarinos, tal vez así me habría gustado mucho más; y, al final del día, llegar a casa ansioso por saber si encontré a alguien en streetpass. Un montón de emociones que no volverán ni comprando otra 3DS ni bajando toda su librería. El presente no es eterno. La 3DS no lo fue, ni tampoco lo será la switch. Me llevó 7 años darme cuenta, ahora que se me escapa. Hasta ahora que jugué Xenoblade Chronicles 3. Donde aparece este tema recurrente sobr...
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