Entre narrativas y narraciones
Iba a escribir sobre Florence, un juego donde predomina la narrativa visual, y se respalda con la jugable. Pero tal vez se pregunten ¿Qué es la narrativa jugable?
Para ello, primero hay que responder ¿Qué es la narrativa?
Es un concepto que bien podría confundirse con la narración, que es a donde remite.
En el mundo de los videojuegos hay dos tipos de narrativa: embebida y emergente.
La primera de ellas sería la narrativa prevista, escrita y construida. Las características, detalles y funcionamiento del entorno virtual. Lo que puede hacer y conocer el jugador. Son los diálogos, descripciones y mecánicas, como que el fuego pueda quemar.
La narrativa emergente surge de la interacción del jugador con la obra. Son las acciones del jugador. Ya no habla de previsión, se habla de la aventura del jugador viviendo la aventura. Es hablar con el NPC más interesante, leer (o no) las descripciones y aprender que el fuego puede quemarte.
La narrativa embebida se halla incrustada en el juego en todo momento. La narrativa emergente existe mientras haya un jugador que la cree a cada paso que da.
La narrativa embebida es a la emergente lo que un corral a una vaca. Una delimitación.
Pone límites a las acciones del jugador, pero no puede controlar sus acciones dentro de ese espacio.
La narración es el producto de estas narrativas. Fueron herramientas para su creación.
La narración es, a juzgar por la narrativa emergente, un producto variable. El grado de variación dependerá de cuán limitado sea el corral de la vaca.
Es, en otros términos, que se ha experimentado con el juego.
En mi aventura en Breath of the Wild, Link prefiere armarse hasta los dientes antes de ir contra Ganon. Mientras para otros ha preferido divertirse e ir a luchar cuando empiece a aburrirse.
Hay narración en ambos casos. Lo que los ha separado es la narrativa emergente. La mano del jugador.
Son estas diferencias las que invitan a pensar en este medio como algo único, irrepetible y personal.
Y mientras más arraigada es esa idea, más difícil se vuelve afrontar corrales pequeños. Aceptarlos. Disfrutarlos.
Ni idea tenía, pero si he de decir algo es que la forma en que lo explicaste, los ejemplos, lo bonito de la prosa y lo conciso del texto no dejan lugar a dudas. Un videojuego puede ser infinitamente más complejo e interesante que cualquier obra de arte expuesta en un museo.
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